Casi tres años después del colapso financiero de 2008: ¿han disminuido los riesgos para la economía mundial?
Existe cada vez mayor consenso entre los expertos de que las condiciones que originaron la crisis continúan existiendo.
Se respondió a las amenazas inmediatas del colapso financiero y con eso se evitó situaciones todavía más devastadoras, sin embargo los factores responsables de la inestabilidad global a largo plazo continúan activos.
El ascenso de las economías emergentes, algunas de las cuáles están sobrecalentadas, no está exento de posibles estallidos de sus burbujas
Existen cambios en la composición de la edad de la población, síntomas de florecimiento del nacionalismo, tendencias al proteccionismo.
Se presenta una capacidad limitada de los gobiernos muy endeudados de los países ricos para hacer frente a demasiados problemas económicos.
Excesiva inyección de liquidez y ahora hay que pasar a la recapitalización de los bancos. Se perdió tiempo intentando identificar lo que había ocurrido como una crisis de liquidez, pero para los bancos era evidente que se trataba de una crisis de solvencia. La financiación de las operaciones comerciales depende en gran medida de la confianza por tanto el comercio tenderá a estancarse.
Se está dando una competencia muy reñida por los recursos naturales escasos y la energía, entre otros.
Ausencia de liderazgo político. Los tigres del este asiático han pasado por un proceso de desarrollo exitoso porque, entre otras cosas, tuvieron la suerte de tener líderes que tenían en cuenta sus países y estaban más preocupados de elevarlos a una posición destacada en el plano internacional que en obtener poder y posición. No existen instituciones internacionales lo bastante sólidas para limitar el crecimiento de burbujas y la especulación. En vez de dar mayor poder a las agencias de evaluación de riesgo, James dijo que deberían eliminarse. Acabar con las agencias de riesgo sería un paso importante ya que básicamente comparten el mismo lecho que los emisores.
Estamos en una era en que el dinero barato alimenta los nuevos booms de materias primas y de activos. La deuda pública aumentará más del 100% respecto al PIB en las economías más avanzadas en los próximos dos o tres años. La cuestión del riesgo soberano, de la reducción de los déficits presupuestarios y de la estabilización de la deuda pública no son sólo desafíos para la región de la zona del euro; serán también los principales desafíos de todas las economías avanzadas.
En la periferia de la zona del euro, la cuestión no es meramente de deuda pública. Varios de los sistemas financieros tienen problemas, sobre todo en países donde la burbuja inmobiliaria ha estallado. Ellos necesitan limpiar los bancos y es posible que tengan que reestructurar el pasivo y lidiar con los activos de amortización dudosa. Esos países exportaban bienes de bajo valor añadido y de mano de obra intensiva y han perdido cuota de mercado frente a China, Europa central y otros mercados emergentes. Los salarios estaban subiendo más deprisa que la productividad. El volumen de déficits en cuenta corriente aumentó y la puntilla fue la valorización excesiva del euro.
La crisis comenzó con un volumen de deuda muy grande en el sector privado; la socialización de las pérdidas privadas provocó el endeudamiento público. Algunas de esas deudas soberanas crecieron hasta tal punto que perdieron acceso al mercado. Ahora tenemos las instituciones supranacionales—FMI, BCE, etc.— saliendo al rescate de la deuda soberana de los países. Por lo tanto, estamos empujando los problemas hacia adelante: deuda privada, deuda pública, deuda supranacional.
Roubini ha insistido que hay, básicamente, cuatro opciones para reducir la relación Deuda/PIB:
1-La primera de ellas es hacer crecer el denominador, tener un volumen suficiente de crecimiento económico. Debido al endeudamiento elevado del sector privado y del sector público, el crecimiento económico será lento, por lo tanto no conseguiremos salir del problema de la deuda.
2-La segunda opción sería ahorrar más. Pero si, de pronto, todo el mundo empieza a consumir menos y a ahorrar más, la demanda caerá, la producción disminuirá y con eso el índice de la deuda/PIB crecerá de nuevo.
3-La tercera opción sería la inflación, pero eso lleva a muchos otras repercusiones secundarias.
4-La cuarta opción es la más realista de todas: reestructuración de la deuda. Hasta ahora preferimos no reestructurarla, pero eso podrá ser necesario en algunas situaciones.
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