Internet, como una red de información y de fuente de comunicación, ha tomado desde sus inicios una expansión incontrolable. Es una herramienta importantísima para el funcionamiento del comercio actual, sin embargo, y cada vez más, hay que saber con exactitud donde buscar la información que se está buscando, puesto que hay muchas web’s que otorgan información engañosa, falsa y que lleva a la confusión.
En los que respecta a la Hotelería, nos encontramos con este mismo problema constantemente. Los hoteles tienen una capacidad en número de habitaciones, unos servicios, una localización, un diseño y todos aquellos elementos que permiten la actividad del negocio y que, por supuesto, son utilizadas como elementos de comercialización hacia el exterior de la empresa en las diferentes fuentes de comercialización que conocemos: Publicidad, Venta directa, Telemarketing, Promociones,... y, hoy en día, Internet.
Pero ¿qué variable determina finalmente la elección entre un producto hotelero u otro?
En su gran mayoría, el precio.
Llegados a este punto, tenemos que tener en cuenta dos formas de venta en la red:
La reserva de una habitación de hotel a través de la propia web del establecimiento hotelero y la venta de una habitación de hotel a través de las agencias de viaje on-line.
En el primer caso, es el propio establecimiento hotelero o cadena que dictamina el precio. Se supone que tras un análisis de las diferentes variables, análisis de la competencia, análisis del mercado y del cliente potencial, se crea una política de precios, estableciendo tarifas coherentes y lógicas.
En el segundo caso, las agencias de viaje on-line hacen un listado de los hoteles que predisponen para la venta, los comparan entre ellos, y para ofrecer una amplio abanico de producto y de precio, crean tarifas convenientes para la venta. Pero las tarifas convenientes para la venta (sinónimo de cantidad) muchas veces no son convenientes para el hotel, ni para su marca y en absoluto para su imagen.
Dentro de la comercialización informática del producto hotelero existen 4 estrategias:
Estrategia “wait and see”: Utilización del canal tradicional para la reserva y la venta de las habitaciones. No se publican las tarifas en las propias páginas web ni en las agencias de viajes on-line. Pierde un amplio segmento del mercado y no sigue las nuevas tendencias de comercialización y venta. Pierde posicionamiento.
“Desestrategia” en Internet: Establecimientos hoteleros, cuyas tarifas no se presentan en su propia página web, pero que permiten el acceso a sus reservas a través de agencias de viaje on-line. El hotel no tiene control sobre los precios que se establecen en estas fuentes de venta. Si estas traifas no corresponden con el producto y el cliente potencial, dañará la imagen y la marca del hotel.
“Desestrategia” en precios: Establecimientos hoteleros cuyas tarifas son superiores en su propia web en comparación con los precios establecidos en las agencias de viajes on-line. Esta estrategia puede crear confusión en el cliente.
Estrategia de menor precio: Establecimientos hoteleros cuya política de precios se basa en vender siempre el producto al precio más bajo, para ser un referente en la venta a través de Internet.
Esta situación es provocada por el exceso de información que se esparce por el canal de Internet, la información fluye a una rapidez incontrolable para los gerentes hoteleros y todavía no existen unos controles lo suficientemente estrictos como para denegar la exposición de estas informaciones.
Visto desde este prisma, se puede concluir que la tecnología de la información y de la comunicación avanza demasiado rápido como para que los profesionales del sector estén constantemente actualizados, y por ello se dan situaciones de confusión en la determinación del precio por un producto.
En los que respecta a la Hotelería, nos encontramos con este mismo problema constantemente. Los hoteles tienen una capacidad en número de habitaciones, unos servicios, una localización, un diseño y todos aquellos elementos que permiten la actividad del negocio y que, por supuesto, son utilizadas como elementos de comercialización hacia el exterior de la empresa en las diferentes fuentes de comercialización que conocemos: Publicidad, Venta directa, Telemarketing, Promociones,... y, hoy en día, Internet.
Pero ¿qué variable determina finalmente la elección entre un producto hotelero u otro?
En su gran mayoría, el precio.
Llegados a este punto, tenemos que tener en cuenta dos formas de venta en la red:
La reserva de una habitación de hotel a través de la propia web del establecimiento hotelero y la venta de una habitación de hotel a través de las agencias de viaje on-line.
En el primer caso, es el propio establecimiento hotelero o cadena que dictamina el precio. Se supone que tras un análisis de las diferentes variables, análisis de la competencia, análisis del mercado y del cliente potencial, se crea una política de precios, estableciendo tarifas coherentes y lógicas.
En el segundo caso, las agencias de viaje on-line hacen un listado de los hoteles que predisponen para la venta, los comparan entre ellos, y para ofrecer una amplio abanico de producto y de precio, crean tarifas convenientes para la venta. Pero las tarifas convenientes para la venta (sinónimo de cantidad) muchas veces no son convenientes para el hotel, ni para su marca y en absoluto para su imagen.
Dentro de la comercialización informática del producto hotelero existen 4 estrategias:
Estrategia “wait and see”: Utilización del canal tradicional para la reserva y la venta de las habitaciones. No se publican las tarifas en las propias páginas web ni en las agencias de viajes on-line. Pierde un amplio segmento del mercado y no sigue las nuevas tendencias de comercialización y venta. Pierde posicionamiento.
“Desestrategia” en Internet: Establecimientos hoteleros, cuyas tarifas no se presentan en su propia página web, pero que permiten el acceso a sus reservas a través de agencias de viaje on-line. El hotel no tiene control sobre los precios que se establecen en estas fuentes de venta. Si estas traifas no corresponden con el producto y el cliente potencial, dañará la imagen y la marca del hotel.
“Desestrategia” en precios: Establecimientos hoteleros cuyas tarifas son superiores en su propia web en comparación con los precios establecidos en las agencias de viajes on-line. Esta estrategia puede crear confusión en el cliente.
Estrategia de menor precio: Establecimientos hoteleros cuya política de precios se basa en vender siempre el producto al precio más bajo, para ser un referente en la venta a través de Internet.
Esta situación es provocada por el exceso de información que se esparce por el canal de Internet, la información fluye a una rapidez incontrolable para los gerentes hoteleros y todavía no existen unos controles lo suficientemente estrictos como para denegar la exposición de estas informaciones.
Visto desde este prisma, se puede concluir que la tecnología de la información y de la comunicación avanza demasiado rápido como para que los profesionales del sector estén constantemente actualizados, y por ello se dan situaciones de confusión en la determinación del precio por un producto.
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